LA PATRIA Y SUS MÁRTIRES


Sumario: 1. Pedro Albizú Campos: mártir de la Independencia de Puerto Rico 2. Eugenio María Hostos y la independencia de Puerto Rico: 'Dadme la verdad y os doy el mundo'.

Pedro Albizú Campos: mártir de la Independencia de Puerto Rico

Homenaje a un patriota y demócrata borinqueño que falleció luego de 22 años de martirio a manos del régimen neocolonial de E.E.U.U. que impera en la isla.


Memorial a Pedro Albizú Campos

Créditos: Zol87

''Nuestra situación dolorosa bajo el Imperio de E.E.U.U. es la situación que pretende Norteamérica imponer a todos los pueblos hermanos del Continente. Nuestra causa es la causa del Continente''. Pedro Albizú Campos, 1926.

Niñez y juventud

Nació en 1891, en el barrio de Tenerías, en el área rural del ayuntamiento de Ponce, en Puerto Rico, en el seno de una familia de origen negroafricano. En julio de 1898, cuando solo tenía siete años vio pasar por su pueblo a las tropas de ocupación de E.E.U.U. Después de concluir sus estudios secundarios obtuvo una beca de un grupo independentista que le permitió formarse en la Universidad de Vermont y luego obtener un Doctorado en Harvard. Completaba esta ayuda trabajando en un humilde empleo en Cambridge. Participó en la Primera Guerra Mundial donde obtuvo el cargo de Segundo Teniente de Regimiento.

Su lucha

Regresó a su patria para desempeñarse como abogado y en 1920 ingresó en el Partido Nacionalista, de tendencia independentista, del cual llegó a ser Presidente. Dirigió el movimiento independentista desde mayo de 1930 hasta junio de 1937, fecha en que fue encarcelado en la penitenciería de Atlanta en los E.E.U.U. El 15 de diciembre de 1947 fue amnistiado y regresó a su patria para continuar con sus actividades. El 2 de noviembre de 1950 fue nuevamente encarcelado. De todas formas mantuvo la conducción del movimiento hasta su muerte.

Durante la primera etapa de esta lucha organizó al Partido, le dio coherencia, combatividad y participó activamente en la vida política de la isla, reclamando la recuperación de la soberanía de la misma y la ruptura completa de los lazos coloniales. A esta actividad política sumó una firme militancia sindical, organizando la huelga de los cañeros de la isla, obligando a Washington a negociar.

El argentino Manuel Ugarte, que estuvo en Puerto Rico, describía así la situación de abatimiento en que había caído el pueblo borinqueño luego de 1898 y su transformación en colonia:

''Bajo la dominación española, Puerto Rico disfrutaba de una amplia autonomía. Tenía dos Cámaras y un Gabinete Ejecutivo. Todos los resortes de la administración estaban en manos de portorriqueños. La metrópoli se limitaba a nombrar un Gobernador general y la isla era, en realidad, independiente. Las 'vetustas' monarquías de la 'vieja y atrasada' España habían implantado el régimen más liberal que es posible concebir''

''Cuando, sin levantamiento, ni revolución, ni desavenencia con la metrópoli, por simple imposición de un tratado de guerra, pasó Puerto Rico a poder de los Estados Unidos, las cosas cambiaron radicalmente. He visto billetes de Banco de Puerto Rico en inglés. La 'moderna' democracia del 'país de la igualdad' impuso otras costumbres. Como contraposición al régimen anterior, hubo un Gobierno militar, una Cámara alta nombrada por el Presidente de los Estados Unidos, una burocracia norteamericana y un Tribunal Supremo emanado de Washington''
''El destino de un continente'', 1923.

Persecución y martirio

El 24 de octubre de 1935, cinco de los principales colaboradores de Albizú fueron asesinados por la policía colonial. Se desató la violencia política en Puerto Rico, y el 23 de febrero, otros dos dirigentes independentistas, Beauchamps y Rosado, también fueron asesinados por el Departamento Central de Policía. El 2 de abril de 1936 Albizú Campos y un grupo de independentistas fueron encarcelados, procesados y trasladados al continente.

El 21 de marzo de 1937 se perpetró en Ponce la célebre matanza que todavía sigue impune. Era Domingo de Ramos, y la gente había salido a la calle a protestar por el encarcelamiento de su líder y para conmemorar la abolición de la esclavitud, en 1873, por los independentistas del siglo anterior. La policía colonial disparó durante 15 minutos desde cuatro posiciones distintas provocando la muerte de 17 hombres, una mujer, un niño de 7 años, y unos 150 heridos.

Se reanuda la lucha

Entre 1947 y 1950 el movimiento independentista adquirió un nuevo empuje, movilizando a un número cada vez mayor de personas. Hubo una insurrección del pueblo borinqueño, que fue reprimida de forma sangrienta.

En 1948, con motivo de una huelga estudiantil, el gobierno de los Estados Unidos decide aplicar la Ley 53, popularmente llamada ''Ley Mordaza'', que en los E.E.U.U. se conocía con el nombre de Ley Smith. Esta ley convertía en delito grave, penado con 10 años de prisión, actividades que consistan en ''promover, abogar, aconsejar o predicar voluntariamente y a sabiendas la necesidad o conveniencia de derrocar, paralizar o subvertir el gobierno insular o cualquier división política de este por medio de la fuerza o la violencia''.

Nueva persecución y martirio final

Esta ley, llevó nuevamente a prisión a Albizú en 1950, y puede decirse que se hizo para él. Condenado a 56 años de prisión, estuvo aislado en una celda durante un año completo. Luego, por medio de una maniobra, Puerto Rico fue convertido en Estado Asociado.

Indultado por Muñoz Marín en 1953, fue encarcelado nuevamene y revocado el indulto, acusado de un tiroteo que se produjo en el Congreso de Estados Unidos, cuando cuatro militantes nacionalistas, desesperados por la situación política, decidieron tomar las armas el 10 de marzo de 1954. Esa fue la excusa perfecta para que no se le permitiera salir más de prisión. Los últimos años de su vida los pasó enfermo, prisionero en un hospital, sin que se permitiera a sus parientes poder verlo ni siquiera el día de su muerte, la que se produjo el 21 de abril de 1965. En los E.E.U.U.mismos los afrodescendientes recién obtenían la ciudadanía plena.

Una lucha que no ha concluido

Nuevas violaciones a los derechos humanos y ausencia de libertades democráticas han sido denunciadas en el transcurso de este año 2012. A ello se suma la eliminación del idioma español de las escuelas y las irregularidades en las elecciones primarias.

Ver Artículo anterior. Ver Artículo relacionado.


Eugenio María Hostos: 'Dadme la verdad y os doy el mundo'.

Homenaje a unos auténticos demócratas de América. A un pueblo hermano, en sus 144 años de lucha. Porque el Sol de la Patria Grande sale ahora por Borinquen.


Vista desde el Faro de Cabo Rojo, Puerto Rico

Créditos: enlacepr Joe Delgado

''Dadme la verdad y os doy el mundo. Vosotros, sin la verdad destrozaréis el mundo; y yo con la verdad, con solo la verdad, tantas veces reconstruiré el mundo cuantas veces lo hayáis vosotros destrozado''. Eugenio María Hostos. Referencia de Pedro Henríquez Ureña (dominicano), en ''Eugenio María Hostos. Ciudadano de América''.

La larga lucha por la Independencia de Puerto Rico

En diciembre de 1978, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una Resolución por la que se define a Puerto Rico como una colonia, y defiende el derecho de su pueblo a la autodeterminación. En 1809, cuando la ola independentista de América Latina llegó a la menor y más oriental de las Grandes Antillas, intereses estadounidenses detuvieron la empresa. Hubo que esperar hasta 1867 para que resurgiera el movimiento patriótico, antiesclavista y democrático. Ramón Etemerio Betances, médico de profesión y héroe nacional borinqueño, asumió entonces, junto a Segundo Ruiz Belvis la conducción del movimiento. El levantamiento debía estallar el 28 de septiembre de 1868, pero se adelantó 5 días.

El 23 de septiembre de 1868, se produjo el Grito de Lares. Los patriotas borinqueños izaron una bandera en la que habían escrito ''Muerte o Libertad'', ''Viva Puerto Rico Independiente''. El movimiento fracasa, y sus principales inspiradores, profesionales, maestros y profesores, son despedidos. Se considera al Grito de Lares la primera manifestación pública de la voluntad independentista del pueblo de Puerto Rico. Betances y sus compañeros de lucha, a los que en 1870 se une Eugenio María Hostos, continúan reuniéndose clandestinamente en diversos puntos de las Antillas. Eugenio M. Hostos venía predicando desde 1863 en España la mejora de las condiciones de vida de los antillanos. En 1869 creyó que la nueva Constitución española extendería la ciudadanía a los habitantes de Cuba y Puerto Rico. Al no suceder esto, se suma al movimiento.

''Los grandes no son grandes sino porque nosotros estamos de rodillas'' decía el médico Betances, nacido 1827, en Cabo Rojo, cerca de Mayagüez. Fue el año en que se produjeron numerosos levantamientos de esclavos. En 1867, redacta un documento que se conoce como Los Diez Mandamientos: abolición de la esclavitud, derecho a votar el presupuesto, libertad de culto, libertad de prensa, libertad de reunión, de palabra, de comercio, de portar armas, inviolabilidad del ciudadano, derecho a elegir a las autoridades. El 2 de enero llega a organizar un Gobierno Provisorio que elabora un Proyecto de Constitución y define sus principios inspiradores: Patria, Justicia y Libertad.

Los intereses del imperialismo yankee impiden en 1868 y 1898 la Independencia

Pero los E.E.U.U. prefirieron negociar con España el arriendo de Puerto Rico en lugar de colaborar con la Independencia del pueblo antillano. En enero de 1869, por ejemplo, arrendaron la Bahía de Samaná en la República Dominicana por 80.000 dólares en pertrechos militares y 100.000 dólares en efectivo.

En 1895, una nueva ola independentista se extendió por las Antillas. José Martí estaba organizando un movimiento revolucionario, con un Plan, llamado ''Fernandina'', que fue descubierto. Pero el 11 de abril de 1895, luego de la publicación del ''Manifiesto de Montecristi'', los revolucionarios desembarcaron en Baracoa. Martí dirige el levantamiento de los mambises, guerrilleros cubanos, muchos de ellos de raza negra. El día 19 de mayo, en el transcurso de la lucha, fue herido mortalmente.

En los E.E.U.U., mientras tanto, venía desarrollándose el People's Party, que defendía los intereses de los obreros y granjeros ''blancos'' y ''negros''. En las elecciones de 1896 formó una coalición con el Partido Demócrata para llevar al gobierno de ese país a un representante de los intereses populares y democráticos, William J. Bryan. Pero ni las grandes corporaciones industriales y financieras de los E.E.U.U. ni la ''gran prensa'' estaban dispuestas a permitir semejante cambio.

Bryan fue derrotado por el candidato del Partido Republicano, William McKinley, cuya campaña electoral fue maquiavélicamente organizada y financiada por el industrial Marcus Hanna. Este magnate introdujo innovaciones en materia de publicidad política en la que invirtió 3,5 millones de dólares de la época. Por si acaso, el Ku Klux Klan intimidaba a los populistas negros y a los sindicalistas independientes. Tanto McKinley como Theodore Roosevelt representaban lo que se conocía como una corriente belicista, literalmente ''imperialista'' en el mundo político de la época.

El 18 de febrero de 1898, en el buque militar de bandera estadounidense ''Maine'' se produjo el misterioso estallido de una bomba, que produjo 268 bajas. McKinley tenía ahora la excusa perfecta para declararle la guerra a España y apropiarse de las posesiones que le quedaban. La opinión pública era manipulada por la sensacionalista prensa amarilla de William Randolph Hearst que pedía la intervención armada. La guerra duró 113 días y terminó con el control de las islas Guam, Filipinas, Cuba y Puerto Rico por los E.E.U.U. Un año antes había sido anexada Hawái.

La prédica de Eugenio María Hostos

El patriota borinqueño se encontraba en Chile, colaborando con la reforma educativa de ese país cuando se produjeron los acontecimientos. Desde 1880 venía participando en la transformación del sistema educativo en América Latina. Entre 1880 y 1888 organizó en Santo Domingo la Escuela Normal. Hostos protestó enérgicamente por el atropello de Puerto Rico, y por supuesto, no fue escuchado.

Volvió a Santo Domingo en 1900, decepcionado y triste. Allí falleció en 1903. Pedro Henríquez Ureña dejó escrito que murió de ''asfixia moral''. Nunca dejó de predicar el ideal de la Patria Grande, que tuvo en él a uno de sus principales autores:

''Yo no tengo patria en el pedazo de tierra en que nació mi cuerpo; pero mi alma se ha hecho de todo el continente americano una patria intelectual [...] Si en ninguna lo encuentro seguiré peregrinando''.

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